Estamos un poco en lo de siempre. El melómano debe guardar un cierto equilibrio entre el ansia de innovación y el aprecio por el sabor de los patrones clásicos. En el primer caso se puede caer en la pedantería del yo-he-escuchado-un-disco-que-revolucionará-la-música-y-os-vais-a-cagar y todas esas ansias de ser vanguardista por sistema. Y en el segundo caso puedes llegar a convertirte en un talibán-único-intérprete-válido-del-espíritu-original-y-guardador-de-las-esencias, ultraespecialista en un género e ignorante del resto.
A fuerza de escucharlo, creo que el de El-P es un gran disco porque ha encontrado un sonido personal y muy estimulante, pero le faltan himnos, las canciones las puede pulir un poco más. Los de Interpol y Walkmen están muy bien, por eso los incluyo en esta página, pero prefiero a cualquiera de los anteriormente citados en el post "Año 2002". Y Wilco... una debilidad la tiene cualquiera, y me haré fuerte en ella, valga la paradoja.