En la edición de la Biblia que estoy leyendo, comienzan aquí los libros deuterocanónicos. Son textos no incluidos en el Tanaj hebreo-arameo, rechazados por judios y protestantes. Fueron compuestos en su mayoría en lengua griega y en suelo egipcio, y compilados en la Biblia Griega de los LXX, datada entre los años 280 y 30 a.C. La conocida como Septuaginta fue utilizada por las comunidades judías e israelitas de todo el mundo antiguo más allá de Judea, y luego por la iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griegas. El primero de estos textos es una especie de "director's cut" del libro de Ester, en el que, por ejemplo, se explicita por qué Mardoqueo no se inclina ante Aman y se adjunta el decreto de exterminio de los judíos (nación hostil, con personas que obedecen leyes extrañas), vendido como medida de prudencia para conseguir la paz y la estabilidad del imperio persa.

El libro de Judit es una pequeña novela histórica bastante bien tramada. Judit es una viuda rica y guapa que vive en Betulia, una ciudad asediada por los asirios, que adoran como dios al rey Nabucodonosor. Judit ("la judía"), además de lo expuesto, es ferviente religiosa y muy patriótica. Tras afearles la conducta al rey y a los ancianos, por no aplicar el dicho español de "a Dios rogando y con el mazo dando", decide quitarse la ropa de luto, ponerse guapa y dirigirse al campamento asirio. Una vez allí, consigue ganar tiempo sin que Betulia sea conquistada para ejecutar su propósito: decapitar el general Holofernes y sembrar el desconcierto en el campamento enemigo. Es decir: Judit es el instrumento divino para que se cumpla la voluntad del Señor. Sin embargo, ni judíos ni protestantes incluyen este libro en sus ediciones de la Biblia: humilla la cultura patriarcal y da un rol secundario a todos los poderes, incluido el militar.

Tobit se presenta como un deportado a Nínive que ofrece limosnas y hace buenas obras (como enterrar cadáveres de compatriotas encontrados fuera de las murallas de Nínive dentro de las mismas). Aun así, a la manera de Job, se le pone a prueba: un excremento de pájaro le vuelve ciego. Su mujer se pone a trabajar fuera de casa y cuestiona el criterio de Tobit, espetándole que sus buenas obras sólo las ve él (es decir, que Dios no las ve). Tobit envía a su hijo Tobías a buscar un depósito, y Tobías encuentra como compañero de viaje al ángel Rafael con apariencia humana (como los dioses griegos en los textos de Homero). Con su ayuda, Tobías conseguirá el dinero y se casará con una parienta acompañada por un espíritu maligno que ha matado a sus siete anteriores maridos sin por eso dejar de ser virgen. El ángel acaba sometiendo al demonio, y Tobías consuma el matrimonio con la autorización de sus suegros y sin sacerdote alguno por medio. No hay lujuria, sino amor sincero ante Dios, dicen. Para acabarlo de rematar, Tobit recupera la vista cuando vuelve su hijo emparejado. El libro de Tobit es un relato sencillo, entre lo costumbrista y lo fantástico, trufado de recomendaciones y consejos de buen comportamiento.

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