- Ángulo.
Dudamos del sitio más conveniente para montar la parada ante la que pedir firmas para la campaña "Todos tenemos derecho a opinar". A pesar de que la primera opción eran las Ramblas, se optó finalmente por la Plaça de Catalunya, entre la FNAC y el monumento al que fue, entre otras cosas, uno de los fundadores de Esquerra Republicana, Francesc Macià. Desde las 11 hasta las 13:30, se recogieron unas 200 firmas de apoyo a la propuesta.

Un hombre visiblemente desequilibrado y angustiado reclama que alguien le escuche en un hospital psiquiátrico provincial. Él era un doctor de medicina general que, recién llegado de un viaje, se dio cuenta de que ALGO RARO estaba pasando: una especie de epidemia de histeria colectiva en la que la gente afirmaba no reconocer a gente de su entorno próximo. Aunque tuvieran un físico idéntico, no eran ellos, no son ellos. Y es que, aunque hubieran nacido al otro lado de la frontera, al cruzarla se transformaban en humanoides voraces e insaciables chupadores de energía. "Y, aunque logremos detener sus embestidas, volverán los oscuros catalanes, a salir de vainas, y..."

Todo el mundo ha sido testigo directo de algún comportamiento impresentable de un personaje público. Algunas anécdotas hasta están bien contadas. Eso sí, si un aspirante a cronista de Barcelona explicara una historia la mitad de vergonzante sobre el presidente de ACS...

Las últimas palabras escritas de Jaime Campmany parece ser que fueron contra las parejas homosexuales: "... para ser un matrimonio como mandan Dios y la Naturaleza, o falta una matriz o sobran espermatozoides, dos materias precisas para perpetuar el gentío". Hasta su último artículo dio muestras de un estilo españolísimo de redacción periodística consistente en la mezcla aleatoria y recurrente de hechos reales, conceptos partidistas y opinión ofensiva. Pero creo que hasta su último detractor podría llegar a concluir que, escribiendo, era el mejor de los de ese género. Leer sus columnas, de prosa sencilla y léxico algo rebuscado, no era una pérdida de tiempo. Nada que ver con, pongamos, la prosa manierista de Antonio Burgos, la inútilmente críptica de Francisco Umbral, la grosera de Alfonso Ussía, o la sucesión de simplezas que caracteriza a la de Federico Jiménez Losantos. Quien debe tomar el relevo, por talento y condiciones, es, creo, David Gistau.

- Rrring, rrring
- Política, digame.
- Oiga, mire, le llamo porque he seguido las noticias que han dado sobre la manifestación de hoy y he visto que ustedes han dado un dato de participación que no se ajusta en nada a la realidad, porque he hablado con mi tía abuela por teléfono, y según ella no puede ser que haya tan poca gente como la que ustedes dicen que ha acudido. Yo es que creo que manipulan para favorecer al Gobierno que hay ahora, o no me lo explico...
- Punto 1: los periodistas no contamos manifestantes. No nos dedicamos a esto. Las cifras nos vienen de fuentes oficiales, y usted tiene derecho a no creérselas, pero no culpe de ello a los periodistas. Punto 2: es imposible convencer a nadie de que los medios de comunicación no manipulan, pero los medios públicos tienen el control de los parlamentos, y por tanto, es allí donde se derivan las quejas por posible manipulación interesada (es evidente que un periodista manipula, no podemos pasar todas las horas de discurso de los políticos hablando de todos los temas, en los que muchos no tienen ni idea y en otros hablan de oídas). Punto 3, y el más importante: a menos que sea para comunicar una noticia relevante, NO SE LLAMA DIEZ MINUTOS ANTES DEL INFORMATIVO A NINGUNA REDACCIÓN, PORQUE EN EL MEJOR DE LOS CASOS SÓLO ESTÁS HACIENDO PERDER EL TIEMPO A ALGUIEN. Y ya a modo de coletilla, la próxima vez identifíquese y dé la cara. Gracias.