- Jo, con lo feliz que estaba yo pensando que podría hablar sólo de música unas semanitas y...
- Catalunya ha perdido la inocencia, como el niño que ha visto desde una esquina las rencillas de la familia.
- "Tú, cobarde", "tú, corrupto"...
- Ya no hay principio de autoridad puesto que desde la más alta instancia se crea la sospecha de que lo que se dice no es lo mismo que lo que se hace.
- ... como si fuera un programa de tarde...
- Y lo que es peor, dar la imagen de que se puede acusar sin pruebas desde cualquier lugar, al grito de calumnia, que algo queda...
- ...usted tiene un problema, el 3%.
- ... y ya tenemos un culebrón...
- Carlos Alberto Artur, tú me provocaste...
- ... del estilo "Dallas" o "Falcon Crest" o...
- Alfredo Víctor Pasqual, retira tus palabras o te arrebato el fruto de tu vientre...
- ... ni siquiera eso.

Si no hace mucho lamentábamos la muerte de Virginia Mayo, hoy toca otra esquela: la de Simone Simon. Merece un homenaje básicamente por 3 películas (que yo haya visto, claro). En “La bestia humana” de Jean Renoir, su rostro de ángel oculta una subespecie de femme fatale: la mantis religiosa capaz de pedir a un hombre que mate sin perder la cara de niña buena. En “La mujer pantera” de Jacques Tourneur, donde interpreta a una mujer que trabaja para una revista de moda, cuela como una heredera directa de malvados brujos serbios que esconde en su interior un secreto letal. Es decir: Simon interpretó en magníficas películas grandes papeles de los de puño de hierro y guante de terciopelo. Y en la tercera, “La maldición de la mujer pantera”, ella interpreta a la amiga imaginaria de una niña fantasiosa. Simone Simon es aquí, pues, todo bondad. Aunque las dos primeras películas sean notoriamente mejores que esta tercera, dirigida por Robert Wise y Gunther Von Fritsch, hay dos imágenes en esta película que vale la pena recordar en un día como hoy: su espectral aparición en el jardín de juegos de la niña (una escena de auténtico cuento de hadas), y su última conversación con la niña antes de desaparecer de su vista, de nuestra vista.

A veces confrontar dos noticias que no tienen nada que ver la una con la otra conduce al absurdo. Vamos a ello. El Conseller de Justícia de la Generalitat de Catalunya, Josep Maria Vallès, quería exponer una teoría según la cuál el sistema penitenciario (es decir, lo que entra en sus competencias) aparece al final de una cadena de fracasos sociales. Nada que objetar. Pero claro, al grito de "o actuamos al comienzo de esta cadena o no saldremos adelante", de preocupación por el crecimiento de la población reclusa en Cataluña, lo que sitúa en ese primer eslabón es, cuanto menos, curioso. Vallès se preocupa por la difusión de estereotipos a través de "el cine 'gore', los videojuegos, los videoclips, los programas de famosillos..." y también cree que la apoteosis publicitaria y social de las máquinas se impone sobre la convivencia social, como mostrarían el Rally París-Dakar y la Fórmula 1.

Christian Brandstetter es un gastrónomo que organiza, en la discoteca "La Boom" de la ciudad austríaca de Sankt Poelten, un tipo de fiestas conocidas como "Pisser Party". ¿En qué consisten? Los clientes pueden beber GRATIS los combinados alcohólicos que les quepan entre pecho y espalda, hasta que UNO de los asistentes no resista más y acuda con urgencia al baño con la vejiga a punto de reventar para cambiar el agua de las olivas. Cuando llega ese momento, se acabó lo que se daba y los camareros empiezan a cobrar por las consumiciones.

En algunos resúmenes que he visto de su biografía, aparecidos hoy con motivo de su muerte, no estaba su mejor momento. De Virginia Mayo se recuerda sus apariciones en grandes películas como "El Halcón y la Flecha", "Los Mejores Años de Nuestra Vida" o "Al Rojo Vivo", pero al menos en dos de ellas su papel era poco más que decorativo. Sin embargo, el mismo año que se producía "Al Rojo Vivo", de Raoul Walsh, Virginia Mayo trabajó a las órdenes del mismo director en "Juntos Hasta la Muerte" ("Colorado Territory"). Esta película muchas veces es despreciada como una mera revisión de la excelente "El Último Refugio" ("High Sierra"). Cierto es que en ésta un pre-Casablanca Humphrey Bogart tiene mucho más peso que Joel McCrea en similar papel años después. Pero es que Virginia Mayo en el papel de Colorado es inolvidable... su presentación, con las piernas desnudas, con la cabeza inclinada hacia delante y de repente echando la cabellera hacia atrás al tiempo que lanza una fogosa mirada... absolutamente sublime. En esta película Mayo tiene un papel muy relevante, y por supuesto, eso le da una oportunidad que ningún intérprete en su sano juicio hubiera despreciado: formar parte de un final de Raoul Walsh. Y el de "Juntos Hasta la Muerte" es antológico. No suscribo la teoría de aquel sultán marroquí que llegó a escribir que la belleza de Virginia Mayo era la prueba de la existencia de Dios (interesante premisa neo-cartesiana), pero ojalá haya más ejemplos de esta armonía en el cosmos. Descanse en paz.