Y en esto que dos conejitos encontraron por el camino, oh maravilla, una jugosa zanahoria recién arrancada. Uno defendía que debían pelearse por ella y el que venciese se la comería entera, obteniendo con ello el máximo gozo. El otro estaba dispuesto a luchar, sí, pero por su intención de cortar a trozos la umbelífera en cuestión y de esta forma poder repartirla en el tiempo. La batalla que siguió era para verla, oye. La sangre inundó sus blancas barriguitas. Sus orejitas dejaron para siempre de marcar las 12 y sólo podían señalar las 4 menos veinte. Por supuesto, se quedaron sin dientes y la zanahoria se la acabó llevando una guapísima espigadora. Pero qué importaba: uno ya había conseguido el momento más intenso de su vida, el otro ya tenía alguien con quien poder repartir su tiempo. Hasta que llegaron los galgos, claro.

-¿Nombre?
-Gilipollas.
-¿Perdón?
-Me puede llamar así, dadas las circunstancias.
-¿Tiene la bondad de mostrarme su DNI?
-Sí, por supuesto. Ya verá como la foto del carnet no me desmiente.
-Me basta con lo que pone debajo de la palabra “nombre”. (Teclea) Ya está. ¿Qué es lo que viene a reclamar?
-He perdido mi autoestima.
-¿Cuándo la vio por última vez? ¿Cuándo se dio cuenta de que no la tenía?
-Hombre, así de repente... yo es que estaba leyendo distraídamente el ABC en el metro y... no sé, algún ratero debió quitármela. Yo es que la tengo siempre muy bien agarrada, ¿sabe?
-Sí, oiga, ¿y qué le parecen los artículos de Ruiz Quintano?
-Escribe muy bien, pero es que lleva varios meses con un cabreo preelectoral que... eh, oiga, que no vengo aquí como lector crítico, sino como denunciante.
-A ver, voy a imprimir lo que llevamos escrito hasta ahora, usted se lo mira y si está de acuerdo lo firma.
-(...) Y esto que pone aquí debajo de firma del denunciante, “Despistado inútil”, ¿qué es?
-Sí, ya sé. No se preocupe, sale por defecto. Es que viene así en el formulario y nadie sabe cómo borrarlo.
-Me alegro que al gracioso de turno no se le ocurriera escribir “Voluntario para Irak”.
-Para eso tengo otro formulario, ¿quiere?
-No, no, no...

Bon dia, bones festes, bones vacances, bon torró, bon Nadal, bons canelons, bon cap d’any, bon any nou, uh-oh, uh-oh, uh-oh

Si la salud no acompaña, la meteorología tampoco, el trabajo del día te ha frustrado, el amor no existe, los asuntos públicos no generan ilusión y el perro del vecino se ha resfriado, no pasa nada. Volvía a casa exhausto, con hambre, con los sentidos nublados, cuando de repente, ante mí, estaba Julianne Moore en "Lejos del cielo". No la sé describir de forma más precisa: era ella. ¿Qué hacía una mujer así paseando por una calle sombría cruzándose con alguien como yo? Por supuesto, dos segundos después de que su estela dejase de acariciarme la nuca, me giré para verla por última vez. En aquel momento, me imaginé que tal vez ella tenía voz de camionero. No me merezco regalo alguno.