Así que nada mejor que volver a lo que mejor sabe hacer Von Trier: echar mano de una mujer, desprotegerla, atacarla y desmenuzarla. Al grupo de Emily Watson (“Rompiendo las olas”), Björk (“Bailar en la oscuridad”) y Nicole Kidman (“Dogville”) se le uniría Charlotte Gainsbourg de no ser porque “Anticristo” no está a la altura de las tres obras previamente citadas.

La historia de “Anticristo” está estructurada en capítulos (como “Rompiendo las olas” o “Manderlay”) y se inicia con un prólogo inolvidable: una pareja pierde a su hijo cuando el niño cae por el balcón mientras ellos están practicando sexo. Aquí entra el tema de la culpabilidad de unos padres que no han sabido ejercer sus funciones porque estaban demasiado ocupados en su propio disfrute. Después del hecho, el dolor de la madre es muy grande y la tratan en un hospital, pero su marido es psicólogo y se la lleva a casa con el objetivo de tratar la depresión él mismo. Aquí cobra protagonismo el tema de la soberbia. Pero el auténtico eje del film es el poder devastador y la crueldad de la naturaleza: la humana y la no-humana.

El drama de pareja se va complementando con toques de cine de terror psicológico y algunas pinceladas de sexo, de gore y de cine fantástico. El poderío visual de Lars Von Trier es incuestionable, en algunas escenas por su continente (esas bellísimas imágenes a cámara muy lenta) y en otras por su contenido (el prólogo, el zorro parlante, la mutilación genital). Y sin embargo, todo este buen cúmulo de elementos da como resultado un film que se sitúa en el pelotón rezagado de películas de Von Trier. Lejos de las tres obras mayores del danés, y con menos posibilidades de reenganche que “Los idiotas” o “El jefe de todo esto”, “Anticristo” tiene la virtud de dar motivos a fans y a detractores de Von Trier. Cada uno de estos grupos ya sabe lo que tiene que hacer.

* Dogville

* Cine 2009

“Up”, dirigido por Pete Docter (“Monstruos SA”) y Bob Peterson, es un film de dibujos animados para adultos que también pueden ver niños. Los más pequeños disfrutarán sin duda de la acción del film, del empeño y de los tropiezos del niño protagonista, de la vida que se consigue dar a los animales, etc. Y los adultos podrán comprender en toda su dimensión al personaje de Carl Fredricksen, alguien que a los 78 años encuentra el momento para hacer realidad la fantasía con la que soñaba de niño. Y en medio, se cuela una broma que cobra una nueva dimensión en el periodo que vivimos de crisis económica: “una ardilla sube a un árbol y dice: ‘olvidé guardar bellotas para el invierno y ahora estoy muerto’. Ja! Es divertido porque la ardilla se muere”. ¿Quién dijo que los dibujos animados no tienen mala leche?

“Up” tal vez no es el mejor film del universo Pixar, pero desde luego está a la altura de la marca y merece por derecho ser el éxito del verano del 2009 como mínimo.

* Wall-E

* Los increíbles

* Cine 2009

“Despedidas” pivota alrededor del actor Masahiro Motoki, impulsor del proyecto y auténtica estrella de la función. Interpreta a un músico de violonchelo que pierde su trabajo al disolverse su orquesta. La situación le hace abandonar Tokio para volver a su ciudad natal de Hirano, donde trata de encontrar empleo. Casi sin pretenderlo, aceptará uno como amortajador en las ceremonias de última despedida.

Motoki saca el máximo rendimiento de dos registros: el cómico del trabajador que aún no sabe en qué sitio se está metiendo, y el dramático del profesional que ha conseguido la excelencia en su profesión. Las escenas en las que pone en práctica el ritual de amortajamiento son de una gran elegancia y belleza.

Dado el material sensible con el que trata, no faltan las reflexiones sobre el sentido de la vida y de la muerte. Lo que en nuestra cultura occidental son conceptos contradictorios (la muerte es la no-vida), en otras culturas pueden entenderse como conceptos enlazados (“Los vivos se comen a los muertos. Si no quieres morir has de comer, y si comes, disfrútalo” o “La muerte no es sinónimo de fin, sino algo que debemos pasar para poder seguir”). Estas ideas están verbalizadas, pero lo más importante de esta película es cómo estas y otras vinculaciones están plasmadas en pantalla.

“Despedidas” ganó el Oscar a la mejor película extranjera en un año particularmente disputado, con candidaturas interesantes como “La clase (Entre les murs)” o “Vals con Bashir”. La decisión puede ser discutible, pero entra dentro de lo perfectamente razonable (no como el ignominioso desprecio a “4 meses, 3 semanas, 2 días” del año anterior). “Despedidas” está muy bien y es imprescindible para todo aquél cinéfilo con un mínimo interés en los productos orientales.

* Cine 2009

* Gus Van Sant, cineasta del pasillo. El director ha convertido en seña de identidad de su cine el plano de una persona caminando por un pasillo. Nada pasa en ellos, nada interrumpe el paso de los protagonistas, todo lo que les pase será antes o después. Pero ese algo es inexorable, fatal. Son sujetos que caminan hacia su propia tragedia, sean víctimas o verdugos.

* Gus Van Sant, cineasta de la perplejidad. En sus últimos films los protagonistas (o el personaje de Josh Brolin en “Milk”) no tienen la más mínima idea de cómo reaccionar ante un entorno que perciben como hostil. Ante lo que sienten como una amenaza, acaban por escoger el camino más corto, el más instintivo y animal, y cuando lo han hecho no saben cómo afrontar las consecuencias de sus actos.

* Gus Van Sant, cineasta de la amoralidad. Gus Van Sant sigue a sus personajes trágicos en plena huida hacia delante a distancia, con travellings. A veces los protagonistas están de cara, a veces de espalda. En cualquier caso, son ajenos a la mirada moral de la cámara, que busca explicaciones, respuestas, perdón, arrepentimiento. Nada de esto llega, nada de esto es pedido por el protagonista. Lo que hace moral a estas películas de seguimiento de personajes amorales es la existencia misma del relato, nada más. Se emparentan, de forma arty, con el “Crimen y castigo” de Dostoievsky.

* “Paranoid Park”, una película sobre algo más que el skateboard. Me pregunto por el motivo de la inexistencia del sonido ambiente en las imágenes sobre patinadores de skateboard tomadas con cámara Super 8. He llegado a la conclusión, tal vez equívoca, de que para el protagonista el skate representa un mundo placentario, idílico y protegido. Todo lo demás (el próximo divorcio de sus padres, la voluntad de su novia de tener una vida sexual activa, etc.) es un foco de inquietud, de problemas. Y al no ponerles solución, al tratar de vivir en una adolescencia infinita, este chico apunta a personaje desplazado socialmente, carne de cañón en una guerra lejana.

* “Paranoid Park”, estéticamente preciosista. El director de fotografía Christopher Doyle (“In the Mood for Love”, “Generación robada”, “Hero” o, ejem, “Psycho” de Gus Van Sant) y Rain Li hacen un trabajo maravilloso. Una película de estructura compleja (los pensamientos deshilachados de un adolescente) pasa como agua.

* Elephant

* Mi nombre es Harvey Milk

* Cine 2009

El uso de la estética del documental de vida salvaje para introducir los conceptos de “hacer la cobra”, “el abrazo del koala”, “pagafantas” o “lémur” es todo un síntoma. Cualquier recurso cómico o burlesco será lanzado para mayor mofa del protagonista. Gorka Otxoa se gana el pasaporte a la eternidad tras interpretar al ‘pagafantas’, ese tipo que espera su oportunidad para demostrar a la mujer que quiere que es su pareja ideal, pero que no tiene ninguna posibilidad porque ella sólo lo quiere como amigo. Y además prefiere el sexo con otro. Sin tregua ni piedad contra el perdedor.

Básicamente aquí hay mucho de gag de comedia televisiva, aunque también hay algo de screwball comedy, sobre todo gracias a la participación de Sabrina Garciarena como mujer deseada. Ésta es muy eficaz, lo peor que se puede decir de ella es que tiene un peligroso parecido con Ivonne Reyes. La interacción entre la pareja protagonista es digna de los dibujos animados tipo “Piolín y Silvestre” o “Correcaminos y Coyote”: el resultado de los cazadores es siempre el mismo, pero en el camino te echas unas risas. Aunque en ellas haya un cierto sadismo, incluso sadomasoquismo. O precisamente por eso reímos.

Cine 2009