Los libros de los Macabeos no representan ninguna continuidad: son dos puntos de vista sobre la primera revolución nacionalista hebrea. En los dos textos, el punto de partida es el mismo: alrededor de los años próximos al 170 antes de Cristo, el rey de la dinastía seléucida Antíoco IV Epífanes pretende helenizar a los hebreos por la fuerza. Los judíos se toman muy mal que les monten un gimnasio y que los servidores del templo dejen sus obligaciones para acudir a la palestra. El primero de los libros de los Macabeos narra la rebelión contra los griegos durante 4 décadas. El segundo pone el foco en el templo de Jerusalén y en lo que le rodea, y cuando al cabo de 15 años los hebreos recuperan el control de Jerusalén el escritor ya tiene bastante.

El narrador del primero es, para la época, bastante bueno. Explica cómo la prohibición de la religión judía (condena a muerte incluida si la practicaban) genera todo tipo de reacciones: los que se ocultaban, los que colaboraban con los paganos... Matatías, un anciano líder religioso, prefiere morir matando antes que adoptar las nuevas costumbres. Antes de morir, nombrará a su hijo Judas, llamado Macabeo, líder militar. Y Judas, la verdad, demuestra talento para el ataque por sorpresa y para las arengas militares. El relato deriva hacia una especie de precedente de "Juego de tronos", bien documentado y con demostraciones de las aplicaciones de la información y el espionaje en el ámbito militar. La figura de Dios se limita a ser la de aquél a quien se invoca antes de entrar en batalla, para infundir coraje y, claro, ganar.

El segundo empieza con varios textos sueltos, entre ellos la explicación de cómo Jeremías oculta el arca de la alianza. A continuación, un compilador asume el papel de "yo" para comentar cómo le ha costado, en sudor y horas de sueño, resumir una serie de textos. Aparecen Antíoco IV y Judas Macabeo, pero sus roles no son tan centrales. La idea principal es que la introducción forzada del helenismo provoca todo tipo de horrores. Para empezar, los intentos de apropiarse del tesoro del templo por cuestiones políticas, los crímenes cometidos contra judíos por el hecho de serlo o por negarse a comer carne de cerdo (los martirios y la actitud de los mártires indican el camino a seguir en siglos posteriores)... En un momento dado, el compilador hace un paréntesis en su relato y se dirige al lector para instarle a que no se deje llevar por el abatimiento, que todo tiene un sentido. "[Dios] corrige a su pueblo valiéndose de las calamidades, pero nunca lo abandona". La creencia en la resurrección, y en la recompensa para los que mueren de forma piadosa, era un elemento motivador en tiempos que para aquellos fieles debieron ser insoportables.

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* ANTIGUO TESTAMENTO (Índice)