Formación de trío, con guitarra, bajo y batería. Durante la primera canción, “Golden Gotele”, el humo sobre el escenario es tan espeso que los músicos apenas se perciben como formas en movimiento. Al principio del tema apenas se oye la voz de Leo Mateos, y al final se escucha un “Quitad el humo, que soy alérgico”. Ya sin más incidentes, arranca “No me toquéis”, que ejemplificaría buena parte del concierto: canciones con desarrollos instrumentales en la órbita Joy Division-Sonic Youth-Interpol, con fuerte presencia del bajo, con punteos de guitarra intensos pero espaciados, y con una batería eficaz. Y horror vacuo al final de los temas, que empalman unos con otros sin espacio para el silencio o para unas palabras al público. Búsqueda de interacción, 0.

Un loop precede a una lectura eléctrica de “Chicopromo”, que contrastará con la desnudez de “Contigo o sin ti”, sonando en acústico y con batería hipotensa, un momento en el que se escucharon entre el público expresiones como Voy a llorar o Què maca!. La electricidad vuelve con “Ha sido divertido” y con una intensa “Mil espejos”. La siguiente, “Prometo hacerte daño”, muestra que la voz de Leo Mateos procura ser más expresiva con tonos más agudos, pero ello no siempre es necesario. El tema permite un suave aterrizaje en el inicio de “Dosis modernas”, sin duda uno de los grandes logros en el directo de Nudozurdo, con un crescendo fabuloso.

Los primeros (y únicos) segundos de desperdicio se produjeron al principio instrumental de “Dentro de él”, única incursión de la banda madrileña en su disco de debut. Y aunque el arranque del siguiente tema tampoco recurrió a la voz, fue más atractivo, porque unas frases instrumentales interrumpidas anunciaban la llegada de “El hijo de Dios”, hit emblemático ideal para cerrar el concierto. Quería equivocarme, pero no fue así. Nuestros gritos de “otra, otra” no se vieron recompensados. El concierto había sido muy notable, pero también muy breve. Calculo que poco más de una hora.

Se quedaron en el tintero temas como “Conocí el amor” o “Prueba/Error”, que hubieran funcionado. No se presentaron canciones nuevas, algo extraño cuando ya han pasado dos años desde que se publicara su último larga duración. Básicamente, Nudozurdo hizo un repaso a su discografía, pero, a pesar de que sus CDs estaban sobre una mesa junto a la salida, muchos parroquianos decidieron vaciar el local y lanzarse directamente a la noche barcelonesa.

* Nudozurdo en la Plaça Odissea, 11 mayo 2012

* Leo Mateos (Nudozurdo) en la Sala Heliogàbal, 8 junio 2012